En China siempre hay cabida por lo superlativo y lo extravagante. En esta ocasión, el país asiático ha completado la construcción del puente de cristal más largo y alto del mundo, una obra de ingeniería no apta para cardíacos que se alza a 300 metros de altura sobre el gran cañón de Zhangjiajie, en la provincia china de Hunan. Los que se atrevan a cruzarlo pueden disfrutar desde este sábado de una vista privilegiada de estas montañas escarpadas, en ocasiones cubiertas de niebla, que inspiraron a James Cameron para crear las cumbres flotantes de la luna de Pandora en Avatar.
El puente, según informa el parque natural, ostenta 10 récords mundiales. Además de ser el más alto del planeta, también es el más largo (430 metros en total, 375 si solamente se cuenta la parte que cuelga) y cuenta con la plataforma más elevada del mundo para practicar puenting y con el columpio más largo de Asia. La pasarela está hecha de grandes paneles de cristal de unos 6 metros de ancho y puede sostener a 800 personas. El famoso mirador sobre el Gran Cañón del Colorado en Estados Unidos, que mide 21 metros de longitud y se alza 219 metros sobre el fondo, se queda muy pequeño en comparación con el de Zhangjiajie.
Inicialmente, el puente debía haberse abierto al público en octubre de 2015 por motivo de las vacaciones del Día Nacional de China, pero su inauguración tuvo que aplazarse porque los ingenieros decidieron someter la estructura a nuevos exámenes de seguridad y porque las fuertes lluvias complicaron la fase final de su construcción.
La estructura une dos acantilados del cañón y se sostiene gracias a cuatro inmensas vigas de acero y hormigón, dos en cada extremo.
La obra, creada por el arquitecto israelí Haim Dotan, fue concebida para ser "lo más invisible posible para no obstruir las vistas", según explicó en su momento el creador. Las imágenes hechas públicas por el parque natural muestran una estructura que une dos acantilados del cañón y que se sostiene gracias a cuatro inmensas vigas de acero y hormigón, dos en cada extremo. La inversión total ha alcanzado los 460 millones de yuanes (unos 62 millones de euros).
Zhangjiajie es uno de los parques naturales más visitados de China y está reconocido por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad desde 1992. Cuenta con más de 3.000 pilares de roca —los más altos se alzan hasta 200 metros— que sobresalen de un denso bosque tropical. Son el resultado de millones de años de erosión a causa de las intensas lluvias que azotan el área. Más de 30 millones de turistas visitan el enclave cada año. El parque también cuenta, desde el año 2002, con un ascensor de cristal que se eleva hasta los 330 metros.
Los visitantes del famoso parque accedieron este sábado por primera vez a la estructura. AP
China parece haber puesto el foco en miradores que producen vértigo para atraer a los turistas locales. Además del puente en Zhangjiajie, recientemente se inauguró una plataforma colgante en forma de disco -también de cristal- en el parque de Shilinxia, situado a las afueras de Pekín. La atracción sobresale 30 metros desde un imponente barranco y los visitantes pueden apreciar vistas de 360 grados desde más de 400 metros de altitud.
Además de ser el más alto del planeta, también es el más largo (430 metros en total), cuenta con la plataforma más elevada del mundo para practicar puenting y con el columpio más largo de Asia
En la provincia de Henan también se terminó, el pasado septiembre, una pasarela de cristal que rodea una montaña escarpada en el parque natural de Yuntaishan. La estructura, sin embargo, tuvo que cerrarse a los pocos días de su apertura después de que uno de los paneles se hiciera añicos por el impacto de un objeto. Las autoridades del enclave aseguraron que, a pesar del susto que se llevaron las decenas de personas que paseaban por la pasarela en ese momento, la seguridad "no estuvo comprometida en ningún momento" porque solamente se dañó una de las tres capas de vidrio que forman la estructura.
Ante las dudas sobre su seguridad, antes de la inauguración los responsables del parque natural han organizado varias actividades para probar la resistencia del cristal. En uno de estos exámenes, decenas de voluntarios golpearon con la ayuda de mazos uno de los vidrios del suelo de la estructura en repetidas ocasiones. La primera capa se hizo añicos, pero las dos restantes no sufrieron daños. Para terminar de desvanecer las dudas, un todoterreno circuló varias veces sobre este panel agrietado, sin que se produjeran más daños, ante el asombro y el sufrimiento de los espectadores.
Vía:El País
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